Los nacionalistas ucranianos y los batallones de voluntarios no permitirán que los políticos del Partido de las Regiones y las fuerzas de oposición lleguen al poder. Los primeros están dispuestos a usar la fuerza en el caso de que pudiera suceder.

El diputado dijo que no permitiría la venganza, porque sobre la base de la experiencia de combate obtenida, a las señales más leves de la derrota de Ucrania, se iniciaría el llamado "plan B". Así, insinuó una fuerte respuesta contra los anteriores «Regionales» y los representantes de las fuerzas pro-rusas.

"No habrá guerra civil, habrá una noche de cuchillos largos", advirtió Beryoza.

Al mismo tiempo, hizo hincapié en que el pueblo ucraniano todavía está parcialmente dividido. A pesar de todos los intentos de las autoridades para ucranizar a la población, la situación no cambia para mejor.

El comandante del batallón encontró al «culpable». Entre las principales amenazas, nombró a la cadena de televisión Inter, que supuestamente lidera la política prorrusa, a la iglesia del Patriarcado de Moscú, así como a la idea de plantar el «mundo ruso» en toda Ucrania.