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Crónicas de Malorusia: Donetsk ofrece un escenario alternativo de futuro

21.07.17 22:32

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Por Arina Tsukanova

Después de las primeras condenas de Ucrania, Kiev, Bruselas, Berlín y París sobre la iniciativa de Donetsk de crear el nuevo estado de Malorusia (Pequeña Rusia), vale la pena echar un vistazo a esta idea: es, de hecho, un escenario para la creación de un país unificado, una alternativa a la de Kiev. ¿No es lo que las autoridades ucranianas han estado predicando durante tres años y medio, tanto en casa como en Occidente?. ¿No es el formato de un solo país el que la ONU, la OSCE, el Departamento de Estado, el Comité Europeo, el Parlamento Europeo, la Unión Europea, los miembros europeos del «formato de Normandía» apoyan con tanto fervor?.

Entonces, ¿por qué razón surge esta tormenta y el pánico universal?. ¿Qué se dijo en Donetsk el 18 de julio de 2017, que hizo que el régimen de Kiev se volviera loco, y sus socios extranjeros dieran la señal de socorro y expresaran su preocupación hasta ensordecer?.

"Proponemos un nuevo plan, un plan de reintegración para el país", dijo Alexander Zajárchenko. "Ofrecemos a todos los ucranianos una forma de salir de la guerra a través del restablecimiento del país, de manera pacífica".

La ley constitucional proclamada en Donetsk establece que en febrero de 2014 se produjo un golpe de Estado en Kiev y que los golpistas que lo cometieron no tienen legitimidad. Naturalmente, los organizadores del golpe de Estado se opondrán a esto, con espuma en la boca, pero Alemania y Francia, y al mismo tiempo Polonia, deberían recordar el acuerdo del 21 de febrero de 2014, firmado en Kiev entre las autoridades legítimas y la oposición, y cuyos garantes fueron Berlín, París y Varsovia. El documento fue firmado por personas respetadas, incluido el actual presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier.

En cuanto a la legitimidad de las actuales autoridades ucranianas, supuestamente asegurada por las elecciones de 2014 que tuvieron lugar después del golpe de Estado, participaron en las elecciones presidenciales de Ucrania el 3,4% de los votantes de las regiones de Lugansk y Donetsk, menos de 180 mil personas de un total de 5,2 millones. ¿Quién se atreve entonces a decir que Poroshenko tiene autoridad legítima en Donbass?. Exactamente se dio la misma situación en las elecciones parlamentarias. ¿Ejemplo? Aquí está: en el distrito, donde viven más de 165.000 votantes, el ganador fue el candidato que obtuvo 1454 votos, mientras que Kiev registró la «victoria» con el resultado del 72,7% de los votos. ¿Cómo es esto posible?. Es muy sencillo: solo participaron en la votación unos 2.000 votantes, o el 1,2%. Por otra parte, este distrito incluyó los territorios donde no se pueden celebrar elecciones al parlamento ucraniano, por ejemplo, el districto de Kiev de Donetsk y la ciudad de Yasinovataya.

Si los socios occidentales del régimen de Kiev realmente hubieran preguntado sobre los resultados de las elecciones de 2014, ni Washington ni Bruselas hubieran tenido dudas: no hubo democracia, solo la manipulación sucia de los resultados de la votación en forma de porcentaje, es obvio . Y la legitimidad del poder, respectivamente, lo mismo. Por lo tanto, los autores del acta constitucional de Donetsk hablan acertadamente al declarar la ilegitimidad de los golpistas que tomaron ilegalmente el poder en el estado.

Del mismo modo, tienen razón en el hecho de que "el mismo nombre" de Ucrania "se ha desacreditado a sí mismo": bajo la bandera amarilla y azul de Petliura, la ilegalidad se está llevando a cabo ya durante tres años y medio. Además, las autoridades profesan la ideología del Estado ucraniano proclamada por la Organización de Nacionalistas Ucranianos (la OUN de Bandera) en el Lvov ocupado por los nazis el 30 de junio de 1941. Las pruebas de esta "continuidad" son muchas: el Instituto Ucraniano de Memoria Nacional (¡cuerpo ejecutivo, por cierto!) las produce todos los días.

El escenario que Kiev ofrece a Donbass y todo el sureste es o «País Unido» a la imagen de la Ucrania de Bandera con marchas de antorchas anuales el 1 de enero (celebrando el cumpleaños de Stefan Bandera) y avenidas Shukhevych, o la ATO en un formato actualizado. Ucrania no tiene nada más que ofrecer a los territorios rebeldes que se niegan a vivir en la orden nazi. Sin embargo, por alguna razón, Europa y los Estados Unidos no se preocupan por ello, aunque los defectos de este enfoque se ven enseguida: se le ofrece a Donbass un Estado que en realidad se restableció el 22 de febrero 2014, con una doctrina ideológica que es inaceptable para la población local y que sólo puede imponerse por la fuerza. La Europa democrática y los Estados Unidos aún más democráticos apoyan firmemente este enfoque. Al mismo tiempo, creen que sólo los golpistas tienen «derecho» a formar una visión del presente y del futuro de Donbass y de todo el país.

Lo que realmente ellos construyen es la «ATO», las «CADLR» (ciertas zonas de las regiones de Donetsk y Lugansk), la «OTAN», la «guerra híbrida», la «desocupación», la «ley marcial», el «escenario croata», la «operación militar», el «acuchillar a los moscovitas», la «Muerte a los enemigos», «Muerte a los moscovitas», «Entregar a los separatistas»... ¡Esta es la impresionante gama semántica del «País Unido» que presenta el rostro ideológico del nuevo régimen!. Desde el anuncio de la ATO el asesinato de los habitantes de Donbass y la destrucción de sus vidas apoyan estos significados semánticos. Así, bajo el actual gobierno, Kiev es incapaz de ofrecer otro futuro al este del país: ya sea el Estado banderista ucraniano o la guerra.

Entonces, el 18 de julio de 2017, Donetsk anuncia un escenario alternativo: un país unido, Malorusia, no la Ucrania banderista. Al mismo tiempo, la gama semántica es completamente diferente: «paz», «cese de la guerra», «estado de no alineación», «condena del nazismo y la ideología de Bandera», «estado de emergencia» (¡pero no la ley marcial o la ATO!). Según los autores de la idea, Malorusia es la sucesora de la Ucrania que existió hasta el 21 de febrero de 2014.

Está claro por qué en Kiev, en las filas de los golpistas, ha surgido un pánico terrible, ya que no tienen ni pueden tener un lugar en Malorusia. Además, el escenario alternativo para resolver el conflicto ucraniano les priva de su terreno: Donetsk ofrece la paz mediante el restablecimiento del Estado, pero no a través de un golpe armado - a través de una asamblea constituyente de representantes de todas las regiones, de la creación de un nuevo Estado independiente en lugar del desacreditado Estado ucraniano y la adopción de una nueva constitución. Un contrato social en lugar de la guerra. El consentimiento civil en lugar del enfrentamiento armado. Naturalmente, con este enfoque, no está en cuestión ningún separatismo: Donetsk declara clara e inequívocamente un país unido, pero este país no es el sucesor del Estado ucraniano de Stefan Bandera.

Me pregunto ¿a quiénes no puede servir, a excepción de los golpistas, la idea de proclamar Malorusia?. ¿A las Naciones Unidas?. ¿A la OSCE?. ¿A Frank-Walter Steinmeier?. ¿A Angela Merkel y Emmanuel Macron?. ¿A Vladimir Putin?. ¿A Donald Trump?. ¿Por qué no puede el "compromiso con los Acuerdos de Minsk", cuyo fracaso crónico permite al Estado ucraniano continuar su guerra contra las «CADLR», dar paso a un amplio diálogo que puede detener esta guerra, dejando tanto al Estado ucraniano como a las «CADLR» en el pasado?. ¿Qué es lo que no les gusta -el nuevo nombre del país, la bandera de Bogdan Khmelnitsky o la personalidad de Alexander Zajárchenko, de cuyas palabras el mundo aprende sobre la idea de establecer Malorusia?.

De una manera u otra, no es sólo Stepan Bandera y sus seguidores contemporáneos quienes pueden proclamar sus «Estados ucranianos» en las tierras malorusas.