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Por qué sería un enorme error dar armas letales a Ucrania

10.08.17 17:18

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Por Charles A. Kupchan, profesor de asuntos internacionales en la Universidad de Georgetown y miembro principal del Consejo de Relaciones Exteriores, sirvió en el Consejo de Seguridad Nacional de 2014 a 2017.

La administración Trump está en el proceso de tomar una decisión sobre si transferir armamento letal a Ucrania. Este movimiento potencial tiene la intención de dar a los militares de Ucrania la capacidad de imponer nuevos costos a los rusos y a sus delegados comprometidos en una revuelta separatista en la región oriental del país de Donbass, persuadiendo así al Kremlin a que renuncie a la lucha.

Pero el resultado sería probablemente lo contrario: una escalada en el conflicto que conduciría a nuevas pérdidas de territorio ucraniano y comprometería su estabilidad política. Rusia goza de una superioridad militar insuperable sobre Ucrania. Los Estados Unidos no deberían alentar a Ucrania a entablar una confrontación escalonada con Rusia. Washington sabe muy bien que Ucrania no puede vencer.

El impulso de dar a Ucrania armas letales - muy probablemente en forma de armas antitanques - es comprensible. Desde el año 2014, los rusos han ocupado y anexionado ilegalmente Crimea y han sostenido una rebelión separatista en Donbass que se ha cobrado más de 10.000 vidas. Por otra parte, Rusia ha participado en estos actos de agresión con el fin de bloquear el deseo de Ucrania de abandonar la esfera de influencia de Moscú y unirse a la comunidad de las democracias occidentales.

En estas circunstancias, los Estados Unidos deben seguir ayudando a los ucranianos a defenderse a través de reformas de su defensa y entrenando a las fuerzas ucranianas. Pero, ¿por qué no dar el siguiente paso y suministrar a Ucrania armas letales?.

Para empezar, la idea de que el presidente ruso Vladimir Putin renunciaría a su dominio sobre Donbass si más rusos vuelven a casa en bolsas es malinterpretar al Kremlin. Putin es un maestro en la manipulación del público ruso, especialmente cuando se trata del conflicto de Ucrania y difícilmente se le doblaría el brazo si las bajas rusas aumentaran.

Por el contrario, probablemente él doblaría el brazo al adversario, culpando a Estados Unidos y a Ucrania por la intensificación de los combates y tomando medidas para contrarrestar la mejora de la capacidad militar de Ucrania. Hasta el momento, los rusos han combatido eficazmente los éxitos militares ucranianos, en algunos casos con represalias con efectos devastadores. Cuando las fuerzas ucranianas avanzaron en Donbass y tomaron la ciudad estratégicamente ubicada de Ilovaisk, en el verano de 2014, Putin rápidamente llamó a sus propias tropas de élite, que inmediatamente diezmaron la unidad ucraniana que había tomado la ciudad.

Si Putin decidiera escalar la situación en respuesta a la decisión estadounidense de transferir armas letales a Ucrania, Washington tendría pocas flechas en su aljaba. Incluso si la administración Trump tuviera que dar otro paso por el camino de la escalada, Rusia iría al menos un paso más allá. Rusia comparte una frontera terrestre / marítima de 1500 millas con Ucrania, lo que hace que el Kremlin esté mucho más comprometido en el destino de Ucrania que Washington. Rusia tiene mayor interés en dejarse la piel en el juego.

En lugar de jugar con la principal fuerza de Rusia -su ventaja militar sobre Ucrania- los Estados Unidos deben seguir jugando con la principal vulnerabilidad de Rusia -su debilidad económica. En este frente, los Estados Unidos y sus aliados europeos tienen las de ganar, no el Kremlin. La pérdida de ingresos debida al bajo precio de los combustibles fósiles y las sanciones internacionales impuestas en respuesta a su agresión en Ucrania han afectado gravemente a la economía rusa. Mantener las sanciones y, si es necesario, aumentarlas, es la mejor manera que tiene Occidente para empujar a Rusia a una solución diplomática. El Congreso parece darse cuenta de ello, pues acaba de imponer a la Casa Blanca el endurecimiento de las sanciones estadounidenses contra Rusia.

El envío de armas letales a Ucrania tiene otro inconveniente: provocaría una ruptura entre Estados Unidos y sus principales aliados europeos. Alemania y Francia han estado liderando grandes esfuerzos diplomáticos para encontrar una solución diplomática para Donbass - y ambos se han opuesto desde hace tiempo a enviar armas letales a Ucrania debido a su potencial para escalar el conflicto.

Los Estados Unidos y Europa se han movido en bloque desde el comienzo del conflicto, coordinando estrechamente la asistencia militar no letal a Ucrania, así como las sanciones económicas contra Rusia. Sin duda, la solidaridad trasatlántica ha sido el fuerte de Occidente, enfrentando a Putin con un frente unido y manteniendo a Rusia en el cuadro de penalti, a pesar de la presión de los partidarios de ambos lados del Atlántico de retirar las sanciones y cosechar los beneficios comerciales.

Los europeos están nerviosos debido a la reciente legislación de sanciones del Congreso, que impone medidas no coordinadas con la Unión Europea y que tienen el potencial de causar un daño desproporcionado a las empresas europeas. Si Washington decide ir por su cuenta y enviar armas letales a Ucrania, la solidaridad con Ucrania bien puede terminar.

Putin ha estado trabajando duro para lograr este objetivo. Washington estaría cometiendo un grave error estratégico si entrega al Kremlin el desmoronamiento de la alianza transatlántica por la que Moscú ha estado esperando desde hace mucho tiempo.

El conflicto en Ucrania promete envenenar las relaciones de Rusia con Occidente hasta que se alcance una resolución diplomática. Pero el envío de armas letales a Ucrania es una receta para la escalada militar y la discordia transatlántica. La mejor manera de llevar la paz a Ucrania es a través de la unidad transatlántica dirigida a mantener el aislamiento político y económico de Rusia hasta que firme un trato en la mesa de negociaciones.