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Por Vladimir Malyshev
En vísperas de la reunión del presidente ruso con Donald Trump, Occidente comienza a solicitar la ayuda de Rusia.
"¡Captúrenos, Putin!. Y terminemos con esto", este es el título inusual de un artículo no menos inusual, que fue publicado en uno de los periódicos más autoritarios de Italia, Il Giornale.
"¡Háganos este favor, querido Presidente Putin", escribe su autor, "envía un par de decenas de miles de cosacos a Italia y seremos tuyos!. Es usted nuestro único salvador verdadero, digno de confianza y decidido a afrontar esta abominable Europa anti-italiana, estos gobernantes sin mente, estas señoras de diferentes instituciones con fantasías eróticas e inmorales, estos políticos mentirosos que no tienen cuidado, estos tontos italianos que devoran con avidez perritos calientes de cerdo y kebabs de cordero, estos agresivos, omniscientes y pretenciosos gays iridiscentes, sacerdotes con sotanas de sangre blanca que difunden su discurso desde balcones y púlpitos, estos montones de buenos chicos imaginarios y reales que nos mezclan con todo lo peor que ha sido recogido de los continentes adyacentes...".
"Si tiene cinco minutos de tiempo", continúa Il Giornale, "envíenos una flota de submarinos o un escuadrón de combatientes armados, un convoy de camiones ... Depende de usted. Afortunadamente, usted tiene suficiente experiencia e ingenio. Y olvidándome de la carga que pesa en mi corazón debido al hecho de que me estoy volviendo hacia el (ex) comunista para pedir ayuda, creo, Dios me perdone, que en general usted es mejor que toda esta basura que nos rodea!. Si se apresura, si no permite que pasemos esta época tensa, disfrutando de un clima tranquilo y bueno, su intervención será considerada más amigable. De este modo, en otoño nos libraremos de la mayoría de los que aterrizaron, en los últimos años, en nuestras costas, en nuestros puertos, extendidos por toda nuestra «bota», ocupando y ensuciando todas las aceras de Italia. En ese momento, cerraremos miles de mezquitas ilegales abiertas por imanes igualmente ilegales y los «fieles». Y limpiaremos nuestras ciudades de depredadores y carteristas que vagan por toda nuestra península entre los complejos turísticos con multitudes de turistas y aldeas donde viven los pensionistas (víctimas favoritas de los bastardos sin hogar). Acortaremos las lenguas a estos predicadores con sotanas blancas y sangrientas, crucificando a Cristo dentro de la iglesia, su «Cuerpo Santo».
Denos un pequeño regalo, Vladimir Vladimirovich. Porque el viento ha cambiado. El pueblo italiano está despertando y empezando a distribuir las primeras patadas en las espaldas de los mentirosos sentados en las sillas del poder.
Y si su estrella destella en el horizonte, cargará de optimismo a mi gente... Piénselo".
Un artículo tan inusual apareció en Il Giornale, uno de los periódicos conservadores más respetados de Italia. Sin duda, su autor utiliza la ironía y recurre a la hipérbole, pero, sin embargo, el mensaje de su desesperado llamamiento está claro: muchos en Occidente ya no pueden tolerar el caos que rige en el mundo por la globalización impuesta por los Estados Unidos y los liberales, y ha comenzado a darse cuenta de que sus gobernantes les engañan descaradamente, que Italia y otros países europeos están literalmente muriendo bajo la invasión de multitudes de inmigrantes de África y del Este.
El hecho de que no sólo el autor del artículo en Il Giornale, sino también muchos otros piensan así, también se evidencia por un enorme retrato de 135 metros de ancho de Putin, que el campesino y artista italiano Dario Gambarin "dibujó" en un campo no muy lejos de Verona. El autor dedicó su trabajo a la próxima cumbre del G20. Y el hecho de que de todos sus participantes, el italiano eligió al presidente de Rusia, habla por sí mismo.
Es hora de que se callen
Ideas similares también se escucharon en los medios de comunicación de ultramar.
"Es hora de que nuestros líderes se callen", escribió James Durso, un veterano de la Armada de los Estados Unidos de 20 años de edad, en la edición de The Hill.
"Decir que Rusia es un poder regional, como lo hizo el presidente Obama, o decir que Putin puede convertirse en nuestro "mejor amigo", como lo ha dicho el presidente Trump, es contraproducente. Alcanzaremos mayores resultados en las relaciones con Rusia si actuamos firme, respetuosa e inequívocamente".
"Sea lo que sea que guíe a Putin”, continúa, “sea el patriotismo, la paranoia, la inseguridad o la necesidad de conservar todo el dinero que presuntamente tiene, su llamamiento de proteger el cristianismo y la única cultura rusa de una Europa relativista impersonal se hace eco en un número mucho mayor de europeos que el comunismo.
La política irreflexiva de Alemania, que ha acogido a más de un millón de inmigrantes de Oriente Medio, la mayoría de los cuales nunca participarán en la vida económica ni en la producción y es poco probable que se integren, apoyan y promueven los planes rusos.
Por lo tanto, sí, Rusia está desafiando a los EE.UU. Pero las fuertes declaraciones del senador John McCain según la cuales Rusia representa una mayor amenaza que el «Estado islámico» (organización prohibida en Rusia) “no traen beneficios”.
Según el autor del artículo, “los Estados Unidos deben abandonar la idea de un «cambio de régimen»”.
"Sin duda, algunos de los altos líderes y empresarios rusos no están satisfechos con Putin, pero no será lo suficiente como para iniciar la cooperación con los EE.UU., la UE o la OTAN para derrocarlo, especialmente dada nuestra incapacidad crónica para guardar secretos. A pesar de toda esta charla sobre el «estado mafioso», las autoridades rusas reunirán, si es necesario, sus filas y pondrán las cosas en orden para protegerse a sí mismas y a Rusia”.
Incluso una edición autoritaria y usualmente rusofóbica como el Washington Post admite que ahora no hay manera de hacer las cosas sin la cooperación con Rusia.
"La cooperación con Rusia podría ser la única manera de reducir el nivel de violencia en Siria y crear las bases para un estado más pacífico y descentralizado que pueda recuperarse después de su devastadora guerra".
Trump en una posición débil
"Con Putin, Trump está en una posición débil, debido a las investigaciones sobre sus relaciones preelectorales con Moscú", dice un artículo del diario británico The Guardian. "Al igual que Si (el jefe de la República Popular China), Hamburgo le da a Putin el papel que puede desempeñar un estadista de clase mundial responsable, presionando a Trump en lo que es más importante para él, por ejemplo, levantar las sanciones impuestas a Rusia por causa de Ucrania".
"El Trump amateur debe contenerse", resume The Guardian, señalando que sus "golpes no funcionarán" en un duelo con un experimentado rival ruso que tiene un cinturón negro de judo.
"Rusia, que ya ha «saldado sus cuentas», ha vuelto a ocupar los primeros puestos en la jerarquía mundial", escribe el diario alemán Handelsblatt. “Trump no recurre a la diplomacia, sino a la fuerza bruta, injustificada en la mayoría de los casos. Al mismo tiempo, no es bueno para utilizar la táctica. Por ejemplo, Trump trató de unir a los árabes contra Irán, pero el resultado es que los dividió".
"El actual conflicto en el Golfo Pérsico", prosigue el artículo, “no sólo acerca Qatar al Kremlin, que ya se ha asegurado una participación en el gigante ruso Rosneft. Turquía, un país de la OTAN, se ha alejado de Europa en esta disputa”, escribe el periódico. “Irán está firmemente al lado de Moscú, cerca de Rusia también se encuentra China, que se ofendió por el comportamiento de los Estados Unidos en Siria y su actitud hacia Corea del Norte, así como la reciente decisión de Trump sobre el acuerdo de París sobre el clima".
El mismo Trump no puede alejarse de Rusia, ya que necesita socios en la lucha contra el terrorismo internacional.
"Hoy podemos hablar de Putin con una variación de la cita de Julio César: vino, vio y venció", resume el periódico alemán.
Es especialmente importante que estos llamamientos de ayuda y artículos que reconocen el crecimiento de la influencia de Rusia y la necesidad de cooperación están apareciendo en los medios occidentales en vísperas de la cumbre de Hamburgo, después de una avalancha de publicaciones falsas acusando a Rusia no sólo de interferir en las elecciones en los EE.UU., sino de todos los pecados mortales. ¿Llega la sensatez?.
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