En la noche del 6 a 7 de agosto, cerca de la frontera entre Crimea y Ucrania, el Servicio Federal de Seguridad (FSB) de Rusia detuvo a un grupo de saboteadores ucranianos. La noche siguiente, otros dos grupos de ataque ucranianos trataron de entrar en territorio crimeo. Una parte de los saboteadores logró regresar a Ucrania, con su retirada cubierta por vehículos blindados situados en el territorio de Ucrania bombardeando a los guardias fronterizos rusos. Durante los enfrentamientos, dos empleados del FSB murieron. De acuerdo con la información oficial, en los escondrijos, cerca de los cuales fueron descubiertos los saboteadores, los guardias fronterizos rusos encontraron dispositivos explosivos improvisados con una carga total de alrededor de 500 kg de TNT, y minas antipersonal y magnéticas, así como granadas y armas especiales que son utilizadas por las unidades especiales del ejército ucraniano. Tan pronto como se dio a conocer el hecho de los enfrentamientos en el territorio fronterizo de Crimea, el Ministerio de Defensa ucraniano hizo una declaración donde afirma que los militares rusos habían muerto en unos ejercicios y la Federación de Rusia quería hacer uso de su muerte para lanzar acusaciones sin fundamento a Ucrania y desestabilizar la situación en la región. Más tarde, sin embargo, la parte rusa anunció oficialmente que varios saboteadores habían sido detenidos, incluido el jefe de uno de los grupos, quien había servido previamente en la zona de la Operación Antiterrorista (ATO). Los medios de comunicación ucranianos inmediatamente emitieron su versión de que los servicios secretos rusos habían secuestrado al soldado ucraniano con el fin de presentarlo como un participante en el intento de ataque terrorista escenificado. Mientras tanto, el detenido comenzó a declarar, y contó al FSB no sólo los nombres de los saboteadores y los organizadores de sus actividades, sino también los nombres de los objetivos sobre los que se había planeado llevar a cabo los ataques terroristas. Las autoridades militares de Ucrania inmediatamente se distanciaron de la persona detenida, diciendo que había actuado por motivos patrióticos y a su única discreción. El 10 de agosto, el presidente ruso Vladimir Putin dijo que, de acuerdo con la investigación, los ataques terroristas habían sido preparados por funcionarios de las Fuerzas Armadas de Ucrania, lo que indica que Ucrania se ha convertido en un Estado terrorista, abiertamente. El Secretario del Consejo de Seguridad y Defensa Nacional (NSDC), Turchinov, inmediatamente acusó a Rusia de preparar la interrupción de los Acuerdos de Minsk. Del mismo modo que siempre lo hace Kiev respecto al Donbass. Al parecer, no habiendo podido provocar un contragolpe de las Repúblicas en respuesta a los incesantes ataques contra civiles, las autoridades ucranianas se decidieron por una provocación directa contra la Crimea rusa, con la esperanza de un rechazo decisivo que podría haber sido finalmente presentado al mundo como una notoria «agresión rusa». Al mismo tiempo, el bombardeo de Donbass no cesó de ningún modo. Según el Ministerio de Defensa de la RPD, al comienzo de la semana, los ucranianos abrieron fuego de 500 a 700 veces al día, con un rango de entre 100 y 200 proyectiles de artillería pesada lanzados. De acuerdo con el Jefe de la RPD, la gente de Donbass se han convencido hace tiempo de que Ucrania lleva a cabo una política de terror, así los militares de Ucrania no apunta a las posiciones del ejército, sino a los civiles y a la infraestructura vital en la región. En los últimos cuatro días, sólo un soldado del ejército de la RPD fue herido de gravedad, mientras que entre los civiles murieron dos personas y otras resultaron tres heridas, entre ellas una niña de 16 años de edad, y un hombre nacido en 1961. Los más devastadores fueron los ataques a Donetsk, Gorlovka, la ciudad más grande en el norte de la RPD, y Yasinovataya, que se encuentra situada entre ellas. En los últimos cuatro días, 10 casas fueron completamente destruidas en Donetsk, y siete en Yasinovataya. Como resultado del bombardeo, también sufrieron daños las líneas eléctricas y las tuberías de gas, debido a lo cual dos de los distritos de Donetsk se quedaron sin gas, y otro sin gas y sin electricidad. Además, en uno de estos distritos, las líneas de alta tensión fueron reparadas al día siguiente después del primer bombardeo, y la noche siguiente fueron dañadas de nuevo. En el norte de la República, un bombardeo dejó sin suministro eléctrico una estación de bombeo que sirve como fuente de suministro de agua para muchas localidades de la zona de Gorlovka. En la RPL, los ataques ucranianos siguen siendo menos intensos que en la RPD. De acuerdo con las autoridades militares de la República, en los últimos cuatro días, Kiev abrió fuego unas 100 veces al día, pero una de sus ciudades, Stakhanov, se convirtió en el blanco de los militares de Ucrania durante tres días consecutivos. Al final de la semana pasada, impactaron proyectiles de artillería de 152mm en la ciudad; esta semana, la parte ucraniana bombardeó con morteros de 120 mm, lo que dio como resultado, según las autoridades locales, otra casa destruida, y daños en una planta de reparación mecánica y en el cementerio. A mediados de la semana, el número de ataques contra el territorio de ambas RPD y RPL por los militares de Ucrania disminuyó ligeramente. Las autoridades de ambas Repúblicas lo atribuyen a la llegada en el Donbass de Alexander Hug, el jefe adjunto de la misión de observación de la OSCE. Al mismo tiempo, debido a las vacaciones de verano, los observadores de la misión están documentando los resultados de los bombardeos con mucha menos frecuencia. Cuando Alexander Hug vino a inspeccionar Pervomaysk, pueblo controlado por la RPL, le fue propuesto pasar a la parte ucraniana a través de la línea de contacto a pie, ya que el ejército ucraniano se apropia constantemente de partes de la zona "gris", y sus posiciones se acercan más y más a las posiciones del ejército republicano. Alexander Hug negó categóricamente la oferta al enterarse de que el camino estaba minado por los militares de Ucrania. Sin embargo, los militares ucranianos obligan a los civiles que desean cruzar la línea de contacto a viajar por esta vía para llegar a los controles. Además, en la zona de entrada y salida de los puestos de control, los militares ucranianos movilizan el fuego de francotiradores. Según testigos presenciales, hace unos días, se abrió fuego de francotiradores en dos puntos de control en el frente de Donetsk, donde había civiles que esperaban para cruzar la línea de contacto. Kiev, al parecer, tiene la intención de sembrar el pánico entre la población civil y reducir su movimiento a través de la línea de contacto. Los residentes que viven cerca de las zonas delanteras controladas por Kiev, también informan de que, recientemente, los militares ucranianos han estado difundiendo masivamente información acerca de una ofensiva fallida del ejército de la RPD, debido a lo cual los residentes locales son desalojados de sus casas y trasladados a la retaguardia. El objetivo de estas acciones es más bien el alojamiento en las casas abandonadas de personal de las Fuerzas Armadas de Ucrania recién llegado. Kiev continúa ofreciendo a la primera línea del frente nuevas unidades militares y batallones nacionalistas ucranianos, así como armas y equipos. Sólo en los últimos cuatro días, la inteligencia de la RPD informó sobre la llegada a la línea de contacto, en los tres frentes, de unos 20 tanques, 8 vehículos de combate de infantería, 30 obuses de 122 y 152 mm, 10 morteros de 82 y 120 mm, 6 MLRS "Grad" y 4 camiones "Ural" con el personal correspondiente. De acuerdo con la inteligencia de la RPL, a su segmento de la parte delantera, Kiev también entregó cerca de 15 vehículos blindados. La alta concentración de las tropas ucranianas en la línea de contacto conduce a un número cada vez mayor de pérdidas que no son de combate. Hace dos días, según fuentes de inteligencia de la RPD en campo, como resultado de otro error en la dirección del fuego, una unidad de Ucrania bombardeó a otra, con más de 10 soldados heridos. Los casos de los militares ucranianos bombardeando sus propias posiciones se han vuelto tan frecuentes que, recientemente, se le han dado instrucciones al personal médico de hospitales ubicados en la zona de ATO, según ellos, de no revelar el número de heridos que reciben. Además, llegó información repentina, de parte de los médicos de uno de estos hospitales, acerca de un brote de infección gástrico-intestinal. De acuerdo a datos sin confirmar, podría ser el cólera. Soldados del ejército de las Repúblicas también observaron obras de ingeniería activas en las posiciones del ejército ucraniano. Las observaciones de estos trabajos muestran que los militares ucranianos están, más bien, construyendo defensas. Después de la declaración del presidente ruso, Vladimir Putin, que el gobierno de Ucrania se había movido hacia una política de terrorismo de Estado, el Presidente de Ucrania, Poroshenko, ordenó alertar a las tropas en la frontera con las Repúblicas de Crimea y Donbass a estar en plena disposición combativa. El Centro Ucraniano para el Ejército, la Conversión y el Desarme de inmediato anunció que la posibilidad de una guerra con Rusia había superado el 50%, y calculó que las pérdidas de Rusia ascenderían a 50-60 mil muertos, mientras que las pérdidas de Ucrania no excederán de 15 mil, porque "el ejército de Ucrania es más poderoso, endurecido y mucho más motivado". Al mismo tiempo, los voluntarios en la zona ATO afirman en las redes sociales que los almacenes militares de Ucrania están vacíos, con las existencias de uniformes y vestimentas que no son superiores a un tercio de las necesidades del ejército, y el presupuesto de defensa de Ucrania está dominado en un 18%. Ayer, el jefe de la RDP, Alexander Zajárchenko, al comentar la alerta máxima de las tropas ucranianas en Donbass, dijo que Kiev podría reanudar las hostilidades en el Donbass con el fin de desviar la atención del sabotaje fallido en Crimea. Al mismo tiempo, prometió a Poroshenko "tal resistencia que éste dejará de correr sólo cuando esté en casa", en Kiev. El mismo día, por la tarde, se supo que al final de una reunión de emergencia con las agencias de seguridad y diplomáticas del país, el Presidente de Ucrania, Petro Poroshenko, dio instrucciones al Ministerio de Asuntos Exteriores para organizar una conversación telefónica con el líder ruso Vladimir Putin.
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