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El golpe contra la verdad

Opinión política - 13.01.17 21:56

De Paul Craig Roberts

La burla de Jon Rappoport a los periodistas propagandísticos estadounidenses es magnífica:

"Vladimir Putin es el presidente secreto de los Estados Unidos".

"Sí. Eso es. Estados Unidos es ahora la URSS. Se acabó. Trump es un comunista que está a las órdenes de Putin. Trump es un Rojo. Ese era su juego desde el principio. Es un multimillonario comunista".

El ridículo es efectivo, y nada merece ser ridiculizado más que el Washington Post, el New York Times, la CNN y el resto de los periodistas comprados que pretenden ser verdaderos periodistas. Pero como he subrayado, y también otros periodistas reales, como Glenn Greenwald (véase, por ejemplo, https://theintercept.com/2017/01/04/washpost-is-richly-rewarded-for-false-news-about-russia-threat-while-public-is-deceived/ y https://theintercept.com/2016/11/26/washington-post-disgracefully-promotes-a-mccarthyite-blacklist-from-a-new-hidden-and-very-shady-group/), la falsa noticia, promovida imprudentemente por esos periodistas de propaganda, trae consigo el miedo a una guerra termo-nuclear.

Durante varios años, Rusia y su presidente han experimentado una demonización sin fin. Los rusos saben que la invasión de Osetia del Sur por parte de Georgia (realizada mientras Putin estuvo en los Juegos Olímpicos de Beijing) fue una provocación de Washington. Los rusos saben que el golpe de Washington en Ucrania (realizado mientras Putin estuvo en los Juegos Olímpicos de Sochi) fue una provocación encaminada a apoderarse de la base naval rusa del Mar Negro en Crimea e impedir el acceso de Rusia al Mediterráneo. Los rusos saben que Washington sabe que las acusaciones de que Rusia hackeó los correos electrónicos de Hillary y las elecciones presidenciales de Estados Unidos son mentiras. Los rusos saben que la "amenaza rusa" creada por Washington es una mentira junto con todas sus variaciones, como la inminente invasión rusa de Polonia y los países bálticos. Los rusos entienden que las bases aéreas militares de EE.UU. en las fronteras de Rusia son provocaciones, al igual que los ejercicios militares de la OTAN en las fronteras de Rusia y en el Mar Negro. Puede usted agregar más ejemplos a esta lista.

Las mentiras son omnipresentes, se han vuelto más absurdas y ahora están institucionalizadas en el gobierno de Estados Unidos, en la CIA, en las agencias del poder ejecutivo y entre muchos senadores y representantes de los Estados Unidos. Que estas mentiras sean validadas por interminables repeticiones de los medios de comunicación de todo el mundo occidental son vistas por Rusia como indicios de que las poblaciones occidentales están siendo preparadas para un ataque militar contra Rusia. Putin ha advertido públicamente en muchas ocasiones que la propaganda occidental es peligrosamente desestabilizadora. Sin embargo, como también señala, nadie oye sus advertencias.

Washington está tan concentrado en su propaganda anti-rusa que el Congreso ha aprobado, y Obama ha firmado un proyecto de ley de inteligencia que contiene una sección, en el Título V, que autoriza medidas activas para contrarrestar a los proveedores de noticias falsas. Estos proveedores son sitios web de medios alternativos, como éste, que desafían a las mentiras oficiales. Se acusa a los medios alternativos verdaderos de estar bajo influencia rusa. El verano pasado se creó un sitio web secreto que recientemente ha publicado una lista de 200 sitios web presuntamente bajo influencia rusa, directa o indirectamente. El Washington Post publicó, de manera irresponsable, un largo artículo que respaldaba esta falsa noticia de los 200 sitios web que trabajaban para el gobierno ruso.

En otras palabras, la última defensa del corrupto sistema gobernante estadounidense es la supresión de la verdad. Durante los últimos 24 años, tres regímenes de Washington han asesinado a millones de personas en nueve o más países en aras a la libertad civil estadounidense. Para encubrir estos crímenes, sin precedentes en la historia, los periodistas han mentido, difamado y calumniado.

Y el régimen criminal de Washington quiere mantenerse en el mundo como el protector indispensable de la democracia, los derechos humanos, la verdad y la justicia. Como dijo recientemente la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, lo que hace que Estados Unidos sea excepcional es el uso del poder al servicio del mal.

Washington señala como "agentes rusos" no sólo a sus oponentes, sino a todos los que dicen la verdad, esperando que la demonización de Rusia asuste suficientemente a la población para que los estadounidenses den la espalda a aquellos que dicen la verdad.

Parece obvio, incluso para el despreocupado, que el sistema ha ido tan extremadamente lejos para mantener el poder a toda costa que el director de la CIA atribuye públicamente la elección de Donald Trump a la interferencia rusa pero es incapaz de presentar ni una mera evidencia - de hecho hay pruebas totalmente concluyentes de lo contrario.

El ataque propagandístico abierto, descarado y sin precedentes de la CIA contra un presidente electo ha hecho que Trump arroje el guante al director de la CIA, John Brennan. Hay informes de que Trump tiene la intención de renovar y reorganizar la agencia de inteligencia. El último presidente que dijo esto, John F. Kennedy, fue asesinado por la CIA antes de que pudiera atacarlos. Kennedy creyó que no podía enfrentarse a la CIA hasta que fuera reelegido. La demora dio tiempo a la CIA para preparar su asesinato.

Trump parece entender el peligro. Él ha anunciado que planea complementar la protección que le brinda el servicio secreto (que se reveló contra JFK) con seguridad privada.

¿No es sorprendente?. El presidente de Rusia declara públicamente que Washington está llevando al mundo a la guerra termo-nuclear y sus advertencias son ignoradas. El presidente electo de los Estados Unidos está bajo amenaza de ataque a gran escala de la CIA y sabe que no puede confiar en su fuerza de seguridad oficial. Uno podría pensar que estos temas extraordinarios podrían ser los únicos en ser debatidos. Pero usted puede encontrar este debate solamente en algunas webs alternativas de noticias, por ejemplo ésta, marcada por PropOrNot y el Washington Post como "bajo influencia rusa".

Paul Craig Roberts