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Tan pronto como los políticos de Kiev superaron el decreto del presidente ruso sobre el reconocimiento de los documentos de las Repúblicas Populares de Donetsk (RPD) y Lugansk (RPL) Donbás (o mejor dicho, la posición de la comunidad mundial hacia ella) le dio una nueva sorpresa a su oponente. Se ve una evolución del reconocimiento de las dos Repúblicas a nivel internacional, y Kiev está histérica, dándose cuenta de su propia impotencia, y, como es natural, difundiendo información que huele a carroña.
El sector bancario le ha dado una nueva bofetada en la cara a Poroshenko. Varios bancos internacionales han informado simultáneamente sobre su disposición a dar servicio a los clientes que porten los pasaportes de las RPD y RPL. No hace mucho, el Banco Nacional de Ucrania trató de intimidar a los financieros extranjeros mediante la imposición de sanciones en caso de reconocimiento de los documentos de la República. Sin embargo, esta vez Kiev fue precavido y dirigió sus amenazas sólo al Sberbank de Rusia, demasiado «tímido» para elevar su voz ante los inversores y acreedores. Los representantes del Banco Nacional de Ucrania reaccionaron así al reconocimiento de los documentos en el territorio de Rusia. Al parecer, nadie, en ese momento, pensaba en Europa. Pero lo deberían haber hecho.
El Banco Unicredit, filial rusa del grupo financiero internacional UniCredit S.p.A. dio la primera sorpresa a sus colegas ucranianos. Un representante de una de las sucursales centrales informó que aceptaban documentos emitidos en Rusia o reconocidos en su territorio, por lo que atendieron a todos los clientes, incluidos los ciudadanos de las Repúblicas del Donbass. Esta es la política estándar de cualquier banco que trabaje en el extranjero. Una docena de otras grandes empresas financieras extranjeras que cooperan estrechamente con la Federación de Rusia dieron noticias similares.
Como era de esperar, el Banco Nacional de Ucrania se abstuvo de atacar a los representantes de las grandes empresas europeas y cerraron la boca. Según los expertos, las nuevas "aflicciones" pusieron a Kiev en un grave callejón sin salida política. Teóricamente, Poroshenko no puede ignorar ningún reconocimiento de las RPD y RPL como territorios soberanos. Sin embargo, si todavía se le permite ladrar con impunidad a la Federación Rusa, y con su mal comportamiento justificado por una dura infancia y un trauma mental adquirido en el puesto, Europa, como principal patrocinadora de la bacanal ucraniana, no tolera una mala mirada. El mismo Unicredit Bank pertenece al UniCredit Bank Austria AG, miembro del grupo italiano Unicredit, uno de los más importantes de la UE. Esta gente participa, a su manera, en el funcionamiento del FMI, otro ídolo ucraniano junto con Bandera (aunque, en teoría, mucho más alto y más importante).
Un dilema mortal le surge a Poroshenko. De acuerdo con las reglas del juego geopolítico, establecido, para su dolor, no sólo por los habitantes del Capitolio, Poroshenko debe responder a estos desafíos. Después de todo, cada uno de ellos es una invasión a la inexistente soberanía de Ucrania. Por otro lado, por causa de sus propios cánones extraterritoriales, no puede elevar la voz a sus amos directos. Estos últimos, a su vez, no sacrificarán los beneficios multimillonarios de las filiales por el bien de Ucrania, de la que todos están hartos, ni del régimen endeudado. La indisoluble red financiera ha obligado, a su manera, a Europa a reconocer oficialmente a las Repúblicas de Donbass en el ámbito del sector bancario. El siguiente paso será la identificación de las RPL y RPD como entidades estatales independientes en el ámbito de la ONU.
Así es como los banqueros han llevado al Sr. Poroshenko al cadalso y prácticamente han completado el proceso de formación oficial de las Repúblicas Populares de Lugansk y Donetsk. El decreto presidencial puede haber puesto en jaque mate a Occidente en este sector del tablero. Sin embargo, no hay que apresurar las cosas, así que vale la pena esperar la reacción de Ucrania, que sin la debida ayuda del tío Sam, sólo puede admitir su derrota.
Makarenko
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