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Acerca de la objetividad

Voz del Donbass - 09.03.17 03:13

Vivimos en un mundo interesante, donde la palabra «interesante» es un eufemismo para la palabra «retorcido». Como la tolerancia se ha convertido en un eufemismo de la falta de escrúpulos. Como la palabra información se ha convertido en un eufemismo para la inmoralidad. Como la objetividad se ha convertido en un eufemismo para la falta de corazón.

La objetividad en la cuestión de Donbass quiere hacer ver que ambos lados del conflicto no tienen totalmente la razón.

Que Donbass se equivocó al rebelarse contra las autoridades centrales, aunque la objetividad olvida completamente que esas autoridades habían llegado al poder mediante un golpe de Estado.

Que Donbass no tenía derecho a celebrar el referéndum sin el permiso de Ucrania, aunque la objetividad olvida completamente que, en 1991, Ucrania declaró su independencia de la URSS tres meses antes del referéndum al respecto.

Que la milicia del Donbass está matando a los soldados ucranianos de la misma manera que estos últimos están matando a los primeros, aunque la objetividad olvida completamente que fueron las autoridades de Kiev las que enviaron, en abril de 2014, al ejército regular contra civiles desarmados de Donbass, que se manifestaban para conseguir la federalización del país en ese momento.

Que Rusia envía a Donbass ayuda militar de todo tipo, aunque la objetividad olvida completamente que Occidente ha asignado, oficialmente, miles de millones de dólares para la asistencia militar de Ucrania, la otra parte del conflicto.

Que Ucrania supuestamente está luchando por su soberanía y la integridad de su territorio, aunque la objetividad olvida completamente que el ejército ucraniano destruye diariamente casas e infraestructura básica en lo que es, presumiblemente , su propio territorio.

Que Donbass no tiene derecho a poner bajo su control a las empresas ucranianas, aunque la objetividad olvida completamente que las autoridades de Kiev impusieron el bloqueo total a Donbass a finales de 2014, privando a sus ciudadanos de los servicios postales y bancarios, los salarios y pensiones, así como de la satisfacción de todas sus necesidades, y fue el presidente de la Ucrania «unida» quien dijo en ese momento, "sus hijos permanecerán en los sótanos, mientras nuestros hijos van a las escuelas y a las guarderías infantiles".

Que Donbass está equivocado al querer unirse a Rusia, aunque la objetividad olvida completamente que es Rusia, y sólo Rusia, la que ha estado enviando a Donbass, durante más de dos años, comida y medicinas, juguetes y libros escolares para niños y los materiales de construcción para reparar todo lo que el ejército ucraniano está destruyendo todo este tiempo.

Curiosamente, es la objetividad la que habla de una posible "devolución" que un gran número de ucranianos no merecen. Es decir, la objetividad insinúa que Donbass podría simplemente devolver lo que se le ha hecho.

Sabiendo lo que es sobrevivir en el infierno durante casi tres años, Donbass no se lo desea a nadie, especialmente a los ucranianos comunes.

Incluyendo a los soldados regulares ucranianos, que tuvieron la opción de unirse al ejército o ir a la cárcel por eludir el servicio militar, los que escriben en sus proyectiles, antes de lanzarlos en las localidades civiles: “¡Lo mejor para los niños!”, y lo publican orgullosamente en las redes sociales.

Incluyendo a las madres ucranianas que han ido en varias ocasiones a las reuniones exigiendo que sus hijos no sean devueltos a casa desde el frente, sino que se les den mejores armas -para matar a los residentes de Donbass.

Donbass no desea este infierno real a nadie porque la gente de Donbass sabe lo que significa luchar por su propia vida. La objetividad no sobrevive en esta lucha. Así, Donbass sabe la diferencia principal entre dos lados del conflicto.

Esta simple diferencia es que ni un solo soldado de las Repúblicas de Donbass ha destruido una sola casa o matado a un solo niño en Ucrania occidental y central.

Lo que no se puede decir de la otra parte, cuyas manos estarán siempre manchadas de la sangre de 101 niños de Donbass.

Periodista de Novorossia Visión - Irina Burya