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Declaración del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso

28.03.18 22:54

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Las autoridades británicas han demostrado, más de una vez, su incapacidad para garantizar la seguridad de los ciudadanos rusos. Los ejemplos más evidentes incluyen el envenenamiento del antiguo agente del KGB Alexander Litvinenko, la muerte de los empresarios Badri Patarkatsishvili y Alexander Perepelichny en circunstancias poco claras, el misterioso "suicidio" de Boris Berezovsky y el estrangulamiento del socio comercial de Berezovsky, Nikolai Glushkov, y, por último, el reciente intento de asesinato de SergeI Skripal y su hija Yulia.

En este último caso, Londres actuó de manera contraria a todas las normas de derecho internacional, de la ética e incluso del sentido común. Londres acusó a Rusia de envenenar a estos ciudadanos rusos sin proporcionar ninguna prueba ni el cuadro completo del delito. Al mismo tiempo, ha facilitado el nombre del supuesto agente tóxico, que nunca se ha utilizado en Rusia, y ha lanzado una campaña política y mediática a gran escala contra Rusia. Ha iniciado la campaña para expulsar a los diplomáticos rusos de varios países y oficinas de representación en organizaciones internacionales y ha anunciado un paquete de otras sanciones. Mientras tanto, ha ignorado completamente nuestras solicitudes legítimas de compartir las muestras del presunto agente tóxico.

El 16 de marzo de 2018, el Comité de Investigación de Rusia inició un procedimiento penal en relación con el intento de asesinato de la ciudadana rusa Yulia Skripal y presentó la pertinente solicitud a la parte británica. Esperamos que Londres coopere con nosotros en el marco de la investigación lanzada por las autoridades rusas legítimas.

Las acciones de las autoridades británicas plantean muchos interrogantes. El pueblo británico desconoce los elementos clave de este incidente, que se ha descrito como extremadamente peligroso, y el número de personas afectadas se mantiene en secreto. No se ha proporcionado información sobre las actividades que realizan los británicos en sus instalaciones secretas de investigación en Porton Down, cerca de Salisbury, donde se llevan a cabo experimentos químicos. No se ha proporcionado ninguna información sobre la ‘Operation Toxic Dagger’ [Operación Daga Tóxica],, un ejercicio anual con armas químicas que se lleva a cabo en las instalaciones de Porton Down junto con el ejército del Reino Unido, el cual se completó poco antes del envenenamiento de Skripals.

Mientras tanto, Londres ha iniciado una campaña mundial para difundir la presunción de la culpabilidad de Rusia. Vemos una escalada de confrontación deliberada e intencional y una demostración de fuerza militar en la frontera de Rusia. Es un esfuerzo evidente de socavar la interacción política y diplomática que podría llevar a una investigación objetiva y completa del incidente de Salisbury.

El análisis de todas estas circunstancias muestra que las autoridades del Reino Unido no están interesadas en identificar las verdaderas causas y los verdaderos autores del crimen sucedido en Salisbury, lo que sugiere una posible participación de los servicios de inteligencia del Reino Unido. A menos que recibamos pruebas convincentes de lo contrario, consideraremos este incidente como un atentado contra la vida de ciudadanos rusos, como parte de una provocación política a gran escala. Hacemos hincapié en que el peso de la prueba recae únicamente en el Reino Unido.